Cuidando la energía de un espacio
Somos energía, el universo es energía y, como parte de él, nuestro Ser y el entorno, donde nos movemos y relacionamos, es energía.
La energía fluye, disminuye, se ve interferida, se atasca en todas sus formas… y, por eso, es muy importante prestar atención a su flujo y movimiento.
Las energías con las que trabajamos en la oficina de Cuidado Quiropráctico son muy poderosas. En cada ajuste se liberan, acomodan y recuperan energías que trascienden la materia (nuestro cuerpo) y que se expanden por el espacio físico. Sea una energía alegre, triste, sutil o profunda; cada rincón del espacio físico recibe energía de quienes habitamos, quienes entran, salen y lo que sucede en el encuentro.
Por esto, buscamos crear un espacio donde la vibración, el calor, (esa percepción casi material que sentimos cuando entramos a un lugar o cuando damos un abrazo) nos invite a llegar, sentir y vivir el momento presente: ese momento que te das a vos, a tu salud, a tu vida y bienestar.
Hoy en día existen muchas mujeres medicina que guardan el conocimiento antiguo de los sahumos y lo comparten con quien quiere saber. Es cuestión de pedir la guía.
¿Cómo mantener el flujo energético?
Primero, a través de la limpieza y movimiento periódico de los muebles liberamos la energía que puede haber quedado en el espacio. Limpiar a conciencia de por qué y para qué lo estamos haciendo.
Ese es el primer e indispensable paso para luego poder ir hacia lo más sutil.
Para la limpieza de lo “invisible” usamos los sahumos: plantas y resinas medicinales que tienen como propósito, endulzar, limpiar, sanar, liberar.
Así como se ha extendido, e incluso puesto de moda, quemar palo santo en casi cualquier lugar y contexto, podemos entender la importancia de lo que un “aroma” puede lograr y el respeto que merece esa planta por compartirnos su medicina.
Es importante no dejarnos llevar por las modas, el palo santo es una medicina como existen muchas otras, si todo el mundo usa lo mismo vamos a explotar de más ese recurso. Siempre con respeto, honrando el regalo que nos transmite cada planta, hierba y resina.
¿Cómo percibimos las expresiones de la energía?
Nuestra Inteligencia Innata se expresa a través del Sistema Nervioso para escuchar, oler, ver, caminar, accionar, soñar, saltar, llorar, comer, explorar, etc.
El Sistema Nervioso está a cargo de procesar las emociones y de decidir cómo reaccionar ante ellas. Cuando ingresamos a un espacio, percibimos lo que nos brinda el entorno con nuestros sentidos y se nos mueven determinadas emociones.
En nuestro espacio creamos un ambiente propicio para acompañar al Cuidado Quiropráctico en la vivencia de cada visita.
Un ambiente que, seguramente, puede ser similar al que se encuentra en espacios que, desde distintos ámbitos, están cuidando la energía: espacios de yoga, de masajes, centros de meditación y terapias holísticas, etc. Y, al mismo tiempo, tiene su tono, sutil y especial.
Percibimos el aroma de los sahumos. Incluso cuando ya “casi” no se huelen.
Percibimos el Arte: expresiones de cambios, de medicina, expresiones de amor, la invitación a la creatividad con el espacio de juegos, expresiones que invitan a habitar el momento presente.
Los ojos proyectan el arte y al atraparnos, gustarnos o disgustarnos, genera una electricidad que va a nuestro cerebro y de allí a nuestro corazón, que nos trae un recuerdo o nos marca una señal a lo nuevo, una emoción.
Escuchamos música que, como dice Kenn, sirve para generar la estructura del espacio que habitamos, donde desaparece la forma. Música que trae ritmos, sentimientos y vibraciones que atraviesan nuestro cuerpo y nos llenan de energías.
Somos energía fluyendo y estamos recibiendo energía de nuestro entorno.
Cuidando nuestra energía vital nos volvemos sensibles, cada vez más receptivos y perceptivos para cuidarnos y cuidar la energía de nuestros espacios y de nuestro Ser. Permitiendo que todas las emociones ocurran, nos atraviesen, y luego: a limpiar y liberar.
Por: Sofía Miras: Asistente Quiropráctica