Anatomía de la columna

Anatomía de la columna

Atender y entender su diseño y funcionamiento nos ayuda a entendernos a Nosotros Mismos. También llamada el Árbol de Vida, protege en su interior la pieza clave de nuestro Ser: el Sistema Nervioso. 

Desde que el hombre tuvo noción de sí mismo, allá por los tiempos de las cavernas y  pasando por las diferentes civilizaciones hasta hoy, la humanidad ha sentido la necesidad de saber cómo funciona su propia columna para poder entenderse a sí misma.

El cuerpo humano es una máquina perfecta que realiza acciones inmediatas, casi sin pensarlas y ante cualquier problema o necesidad se adapta para seguir funcionando. Todas las partes de nuestro cuerpo, todos los órganos, todo tiene razón de ser y está diseñado para que funcione en armonía.

La columna vertebral, el Árbol de Vida, protege en su interior la pieza clave de nuestro Ser: el Sistema Nervioso. Éste, compuesto por el encéfalo (cerebro), tronco encefálico, médula espinal y cerebelo, alberga las raíces de los miles de nervios que emergen entre las vértebras y se ramifican, transmitiendo los mensajes del cerebro al resto del cuerpo para un funcionamiento óptimo.

Es decir, la Inteligencia Innata, fuerza vital que nos ha creado, es quien controla todas las funciones de nuestros tejidos y fluye a través de impulsos eléctricos. Para esto, utiliza como vía de comunicación con el organismo, al Sistema Nervioso Central que está protegido por el cráneo y la columna vertebral.

La anatomía de la columna vertebral es una combinación fantástica de diversos tejidos. Está diseñada para ser increíblemente fuerte, gracias a los huesos, músculos y ligamentos que la sostienen erguida y protegen las raíces nerviosas altamente sensibles. Al mismo tiempo, para ser flexible y posibilitar el movimiento en muchos planos debe articularse a través de los muchos huesos llamados vértebras.

Está compuesta por la superposición de entre 33 y 35 huesos, las vértebras, que forman un “estuche o tubo protector” para la médula espinal. Se divide en bloques que marcan cuatro curvas con funciones diferentes.

Columna Cervical: esqueleto del cuello, compuesta por 7 vértebras, más pequeñas que las demás. Tiene la función de dar estabilidad y soportar el peso del cráneo y permitir los diversos movimientos de la cabeza. 

Dos de estas vértebras poseen funciones biomecánicas específicas. Atlas, la primera vértebra con forma de anillo, tiene la importante función de conectar el cráneo con el cuello,  por lo tanto está sumamente involucrado en todos los movimientos de la cabeza. La segunda vértebra llamada Axis, tiene la función de permitirle al cuello y cabeza realizar movimientos de rotación, gracias a una prominencia ósea denominada apófisis odontoides o “diente del axis”.

Columna Torácica (o dorsal): Formada por 12 vértebras, que poseen una función similar: sostener el tronco, permitir movimientos de flexión, extensión, rotación y flexión lateral. Junto con las costillas forman una importante cavidad que aloja a los pulmones y al corazón, la jaula costal.
Columna lumbar: son 5 de gran tamaño ya que sobre ellas descansa el peso de casi todo el cuerpo.

Sacro: Es un hueso único de forma triangular, Compuesta por cinco vértebras fusionadas entre sí. Es la base donde se asienta la columna vertebral. 
Coxis:  Es el  último eslabón de la columna, hueso pequeño formado por la fusión de 5 vértebras atrofiadas (involucionadas).

Teniendo en cuentas esto podemos entender la importancia del Cuidado Quiropráctico, ya que a través de él se analiza, detecta a corrige las Subluxaciones Sertebrales que se producen en la relación de la columna vertebral con el Sistema Nervioso y que requieren ser desbloqueadas con cada ajuste, para que la información pueda fluir sin interferencias en nuestro Ser.

Fuente: Axis Quiropráctica