Agosto, otra oportunidad para recordar
Recordar que somos parte de la Tierra y a ella le debemos la vida.
Agradecer que así sea, sintiendo/aprehendiendo cómo hacerlo.
Para que, así, nuestros actos estén cada vez más en coherencia con ella.
Por eso, ofrendamos.
Agosto es el mes en que – en el hemisferio sur – comenzamos a despertar a Pachamama del letargo del invierno agradeciendo, a través de las ofrendas, todo lo que nos ha dado. Es Pachamama Raymi, la celebración a nuestra Madre Tierra.
Este es un tiempo especial, desde el ciclo solar y desde las estrellas, estamos habitando un tiempo particular, con una energía particular. Aprovehcemos y seamos parte de ese movimiento mayor ya que, cuando es así, la vida se mueve con más fluidez.
Seamos parte de la tierra que comienza a despertar.
Más allá del formato con que elijamos honrarla, es importante recordar que, cada día, con cada cosa que tomamos de la tierra (compramos, consumimos, creamos) y con cómo se lo devolvemos a ella (desechamos, reciclamos) es donde realmente podemos hacer la diferencia.
Hacernos cargo de lo que tomamos ¿para qué estoy haciendo lo que hago? ¿Para qué estoy tomando esto que tomo? y sobre todo ¿cómo voy a devolverlo? en cada acción/elección, todos los días, es vivir en sagrada ceremonia con cada una de mis relaciones. Es estar en Ayni.
Las ceremonias y levantar altares pueden ser mapas que nos ayudan a conectar con lo sagrado y a hacer consciente, todos los días, lo maravillosa que es la vida que tenemos y la importancia de cuidarla en cada uno de nuestros actos.
El legado de la familia de lejos: La Nación Q’ero
La Nación Q’ero es uno de los pueblos más antiguos del imperio Inca que se asentaban en Cuzco en los alrededores del Apu Ausangate, hasta la llegada del hombre blanco, cuando subieron a las montañas para protegerse. Allí vivieron y conservaron su cultura intacta de generación en generación hasta que en 1954 fueron “descubiertos” por la cultura occidental. Desde entonces, poco a poco, comenzaron a relacionarse con quienes se han acercado a conocerlos.
En la organización social de los Q’ero cada quien ocupa una función: hay quien se ocupa de cosechar la papa y quien se encarga de llevar adelante la celebración para agradecer por esa papa, todo es parte de lo mismo y todos los miembros de la comunidad hacen su parte (en cosechar y en agradecer). Resumiendo, Pampamisayoc es a quien le toca encargarse de las ceremonias.
Marcelino Huaman Ccapac, Pampamisayoc de la Nación Q’ero y su familia llegan a Mendoza y a Olmué en agosto, como parte de un recorrido por Chile y Argentina en el que comparten sus ritos, despertando la memoria de la tierra. Como viene haciendo desde hace algunos años.
En Pachamama Raymi, se realiza una gran ofrenda grupal donde cada uno de los participantes colocamos nuestros quintus de hojas de coca para agradecer a Pachamama por todo lo que nos ha dado. Luego ponemos con nuestro soplo, en cada quintu mensajero, el pedido de lo que deseamos. La ofrenda se completa con los frutos de lo que hemos tomado de ella y las mejores semillas que elegimos sembrar para el ciclo que comienza. Una vez lista se entrega al fuego, preparado en un hueco en la tierra como una especie boca para que coma Pachamamita.
Si resonás con participar de estas celebraciones en Mendoza podés contactarte con Sofía al +54 9 2613 67-5309 y en Olmué con Vale Sol al +56 9 8754 7498.
Una oportunidad más para “aprender haciendo” lo necesario para estar en Ayni – reciprocidad – con Pachamama y con todas mis relaciones. Aprehender a Bien Vivir mientras, en el camino aprendemos, cómo hacerlo.
Siempre, cada día, en cada vaso de agua, cada comida, cada nuevo despertar es una nueva oportunidad para agradecer. Gracias Pachamama, gracias Pachacamac, gracias Taita Inti… Seguir buscando, activamente, el equilibrio.
Y como dijo Adrian, hijo de Marcelino: “todos los días es Pachamama Raymi, ella siempre da. Las ofrendas son una forma de reconocerla, de devolver lo que nos da, ser conscientes de lo que hemos tomado por mucho tiempo y de lo que hacemos por su cuidado”.
Ofrendemos a nuestra tierra, como cada uno resuene, ya sea entregando un quintu de coca y chayando con agüita, aprovechar especialmente para empezar a arreglar el jardín o “esa” macetita, hasta sumarse a ceremonias guiadas por los abuelos.
Seamos una manifestación del Ser como extensión de Pachamama.