Guía para la evolución en nuestra alimentación
Generar nuevos hábitos requiere de decisión y constancia. Para lograrlo, en algo tan indispensable como la alimentación, necesitamos ayuda, guías, acompañamiento, poder elegir con criterio y no marearnos con mil opiniones posibles.
Es por esto que, a través de artículos simples, proponemos una guía que sirva de compañía, aportando ideas y herramientas que nos ayuden a evolucionar.
Más allá de elecciones filosóficas, ideológicas y de muchas especificidades, existen algunas cuestiones básicas que a mediano y largo plazo (incluso corto) pueden generar grandes cambios en nuestro rendimiento (físico, espiritual y emocional) y devolver al alimento el lugar de sagrada medicina que puede ser en nuestra vida.
Se trata de generar nuevos hábitos.
Alimentación libre de tóxicos: la premisa urgente
Hoy en día somos capaces de entender que nuestra alimentación nos está enfermando.
El tema es que, cuando queremos encontrar una alternativa saludable, se abre un abanico de opciones que pueden resonarnos más o menos desde lo lógico, lo filosófico, lo emocional. Entre naturismo, vegetarianismo, alimentación natural, etcétera, existen diferencias sutiles y otras muy marcadas y lo “ideológico” del tema puede ponerlo más difícil…
Sin entrar específicamente en ningún “tipo” de alimentación, hay algo de base que es indispensable: nuestros alimentos deben ser libres de tóxicos (ojalá todos, y si no, la mayoría).
Acá da ganas de dejar de leer porque “todo tiene tóxicos” entonces miramos para otro lado, hacia algo más posible de ser abarcado… y sí, esto es posible de ser abarcado.
Para hablar de libre de tóxicos tenemos que ELIMINAR de nuestras alacenas los productos ultraprocesados (todo lo que viene en paquetes: galletas, fideos, elaboraciones “casi listas”, etc.) y refinados: azúcar, sal, harinas, lácteos. Luego habrá tiempo para las excepciones y permitidos.
¿Es un montón? ¿Es imposible? Sí, se puede, como nuestro ritmo nos permita pero siempre SIEMPRE con mucho amor y cuidando de nuestro Ser: Ser social que igual quiere comer esa pizza cuando sale, Ser en contexto con sus ocupaciones y preocupaciones y Ser único e irrepetible que tiene la oportunidad de alcanzar una mayor calidad de vida.
¿Por dónde empezar?
Un buen lugar para comenzar una nueva vuelta de evolución es reemplazando refinados por integrales:
- Azúcar blanca y edulcorantes por azúcar mascabo y en muchos casos por NADA! no necesitamos todo dulce… ni el mate, ni el té, ni el café, por ejemplo.
- Harinas blancas por harina integral. En todas las formas en las que consumimos harina, que son muchísimas y luego desarrollaremos otros cambios al respecto.
- Sal común por sal de salina local, sal marina o sal rosada del himalaya. Tampoco todo necesita sal.
- Lácteos… Esto es, tal vez, lo más difícil de conseguir y puede ser mejor, a fines nutricionales y digestivos, reemplazarlos por variantes vegetales.
Un segundo paso igual de importante que el primero: verduras y frutas de estación como base de la alimentación diaria. Ojalá también esté libre de tóxicos.
Es muy importante eliminar lo que nos está intoxicando y reemplazarlo por versiones saludables. Para luego poder diversificar más nuestra alimentación y atender cuestiones más sutiles. Como así también, «limpiar lo que ya ensuciamos».
¿Cómo reemplazar esos alimentos? Cambiando dónde hago mis compras, dejando supermercados y almacenes comunes para proveerme de alimento en ferias y locales agroecológicos y orgánicos.
En Mendoza:
Vida Feria, Bio Feria, Finca Dina, Ecotienda IPUUM, Reparto Alegría. Todos estos con días y horarios de atención al público y con posibilidad de envío a domicilio a todo el Gran Mendoza.
Podés encontrar sus contactos aquí.
Además existen tiendas y dietéticas que ofrecen productos agroecológicos no exclusivamente pero que lo aclaran.
Empecemos a interrogar e interrogarnos por el origen de los alimentos.
Y siempre: disfrutemos el proceso.